Un día antes del Sorteo Navidad las bolas del sorteo con los números y los premios son examinadas públicamente. Son contadas y cualquiera de los asistentes, previa autorización del presidente, pueden examinarlas a título personal. Las bolas están hechas con madera de boj, lo que las hace ligeras y resistentes, y el peso de cada una de ellas es exactamente el mismo. Los números están grabados en láser en cada una de las bolas, por lo que no hay peso de pintura.
Una vez que se ha finalizado el recuento, el salón es desalojado y se aseguran con cerrojos interiores todos los accesos. La única excepción es la puerta del estrado, cuyas llaves quedan en posesión de tres personas diferentes, una vez que ésta se ha cerrado y precintado.
El salón donde se celebra el sorteo abre sus puertas a las 8 de la mañana. Se permite el acceso a todos los espectadores que lo deseen, con la única limitación del aforo del espacio. Media hora más tarde de la apertura de las puertas, se constituye la junta que preside y autoriza el sorteo. Tras ser mostradas las bolas al público, éstas son transportadas mecánicamente en la tolva, un recipiente utilizado para llevarlas hasta los bombos. Por último, los bombos son cerrados y a la señal del presidente se voltean simultáneamente.
Hacia las 9.15 de la mañana, es el momento en el que comienza el sorteo propiamente dicho. En el proceso del sorteo, un niño del Colegio de San Ildefonso extrae una bola del bombo de los números y otro niño extrae otra bola del bombo de los premios, siendo cantadas estas bolas por otros dos niños, que insertan las bolas en los alambres dispuestos al efecto. Los bombos sólo vuelven a girar cuando se ha completado un alambre. Estos alambres se reúnen en una "tabla" que contiene doscientas bolas de cada clase, siendo cerradas debidamente delante de la mesa de la junta con la conformidad del presidente y del interventor. Al llenarse la tabla, los cuatro niños que han participado en esa tabla son reemplazados por otros cuatro, y se repite el proceso. El sorteo de Lotería de Navidad concluye cuando en el bombo de premios no queda bola alguna.